martes, 30 de abril de 2013

borron y cuenta nueva



Yo me intentaria quitar de encima Ang Tshering Sherpa nos envía el acuerdo escrito de puño y letra en nepalés e inglés por las partes y otros integrantes del campo base, en el que todos reconocen sus errores y se piden disculpas públicamente.
“1. El 27 de abril de 2013, por encima del campo base del Everest, en el campo 2 y el campo 3 surgió una discusión entre alpinistas extranjeros y nepaleses y la situación ha sido discutida hoy en esta reunión. Ambas partes se han dado cuenta de sus errores y han pedido disculpas a la otra delante de los presentes. Es más, ambas partes acuerdan ayudarse mutuamente en el futuro para conseguir que los objetivos de cada uno se cumplan. También se ha decidido que este asunto no será discutido de nuevo.

2. Todos los presentes acuerdan que estos hechos nunca deben ser repetidos por nadie en el mundo del montañismo y el turismo, y se comprometen a ello. Si alguna de las partes está insatisfecha con las acciones de la otra parte, se compromete a no provocar conflictos o usar la violencia contra la otra parte. En su lugar, se comprometen a reportar las acciones a los representantes gubernamentales o a las asociaciones relevantes reconocidas por el gobierno presentes en los campos base, para llegar a un acuerdo amistoso entre las partes.”

Ayer se convocó una reunión en el campo base del Everest entre los líderes y miembros más representativos de la comunidad de alpinistas nepaleses y extranjeros, además de estar presentes las partes implicadas en los desagradables incidentes acaecidos en la montaña el pasado fin de semana. Entre ellos podemos reconocer la firma de Jonathan Griffith, Ueli Steck, Simone Moro (las dos a la derecha de la de Griffith), Russel Brice o Melissa Arnot entre los extranjeros, y sabemos de la firma de Dawa Steven Sherpa, hijo de Ang Tshering Sherpa, por parte de los alpinistas nepaleses, quien nos envía por correo electrónico la foto del acuerdo firmado.

En él las partes reconocen sus errores y piden disculpas públicamente por los lamentables hechos acaecidos en el campo 2 y el 3. Además se afirma que lo ocurrido no volverá a ser discutido, en lo que parece un cierre definitivo de los hechos; en el acuerdo no se citan expresamente los errores admitidos por cada una de las partes, suponemos que con la esperanza de que no continúe la polémica y se apacigüen los ánimos, cesando la numerosa rumorología existente.

Tras la larga reunión que ocupó casi todo el día de ayer y que finalizó con las disculpas y el acuerdo, Simone Moro, Ueli Steck y Jonathan Griffith anunciaron que decidirán en breve si continúan o no con la expedición. Ueli Steck abandonó el campo base del Everest, al parecer para ser examinado en un hospital de una pedrada en la cara, pero regresó posteriormente con sus compañeros.

Actualizado 10:40. Steck y Griffith abandonan la expedición y el Everest. Simone Moro tiene que quedarse por su trabajo con el helicóptero..

Las palabras de Simone Moro a los colegas de Planet Mountain son claras: “Abandonamos la expedición...a pesar de habernos reunido con aquellos que nos atacaron, habernos abrazado, y haberles perdonado, quise finalizar la reunión del campo base con mis palabras subrayando la estima que tengo por los Sherpas y Nepal, pero también señalando que la violencia había matado nuestro sueño y que abandonábamos. Probablemente yo permanezca aquí, pero sólo para volar en el helicóptero participando en operaciones de rescate, pero Ueli y Jon vuelven a casa. Quería añadir que el hecho de que quiera permanecer aquí y ayudar con los rescates (gratuitos para el pueblo sherpa) muestra mi deseo de ayudarles. Todo el mundo aquí está conmocionado y asustado de la violencia que se empleó, y son conscientes de que un simple apretón de manos no es suficiente para cambiar una relación que ha mutado demasiado desde 1953.”

En la misma entrevista, Simone afirma que “fuimos la punta del iceberg. El último eslabón que rompió...la paciencia sherpa (...)no entendemos por qué se enfadaron tanto. No usamos las cuerdas fijas, no molestamos a nadie, escalamos rápido, en estilo alpino, hasta el campo 3, y cuando llegamos a nuestra tienda explotaron. (...)..A 7.200m era un día frío y el viento era helador. Comenzaron a gritar porque estábamos allí. Así que también empecé a gritar yo (aunque hay un gran paso desde ahí a casi ser matado..). Entonces nos dijeron que dejaban de fijar cuerda. Dijimos que deseábamos ayudar y nos contestaron que era asunto nuestro, que ellos se bajaban. Así que Ueli y yo fijamos 260m de cuerda. Esto les hirió y debieron contar un montón de mentiras para justificar su conducta y provocaron la agresión. Fue algo realmente desagradable...provocado por 3-4 sherpas que implicaron a casi 100 (quién sabe qué les contarían...).”

Sobre la violencia empleada, afirma que “es un milagro que estemos vivos, no estamos exagerando....Salvamos nuestras vidas gracias a 3 personas. La primera y más importante fue la alpinista americana Melissa Arnot. Luego un sherpa llamado Pan Nuru. Y un guía americano llamado Greg que va con la expedición IMG.”

lunes, 29 de abril de 2013

La prostitucion llega al himalayismo


“Monte Everest, Nepal

Alrededor de las 8 de la mañana del 27 de abril de 2013, Simone Moro, Ueli Steck y Jonathan Griffith abandonaron el campo 2 para alcanzar su tienda situada sobre los 7.200m (campo 3 bajo) en la pared del Lhotse del monte Everest. Un equipo de sherpas de altura estaba fijando cuerda en esta pared y advirtieron a los escaladores que no tocaran las cuerdas fijas que estaban colocando. Siguiendo las instrucciones, el trío comenzó a escalar a unos 50m a un lado del equipo de sherpas para evitar molestarles en su trabajo. Queremos hacer notar que los 3 escaladores tienen gran experiencia en escalada a lo largo de todo el mundo y estaban muy al tanto del trabajo que estaban realizando los sherpas y del respeto que se les debe por el mismo.

Cuando los 3 escaladores llegaron a la altura en donde estaba ya instalada su tienda, hicieron una travesía por la nieve que les obligó a pasar por encima de las cuerdas fijas para alcanzarla, ya que se situaba a unos 20m al otro lado. Los escaladores decidieron cruzar la línea en una reunión en la que 4 sherpas estaban asegurados mientras el que abría continuaba colocando cuerda fija. Pasar por encima de las cuerdas no interfirió en ningún momento el trabajo que éste desarrollaba. Los 3 escaladores iban en solo, sin usar cuerda, así que no había cuerda para enredarse. Además, al pasar por debajo del que colocaba la cuerda, no había posibilidad de lanzarle hielo ni nieve que le golpeara.

Jonathan Griffith iba el primero en ese momento, y después de cruzar por encima de la cuerda y continuar durante otros 15m por una rampa de nieve, le siguió Ueli Steck. Cuando Steck pasaba por encima de la cuerda, el escalador que estaba por encima colocándola se percató de su presencia y empezó a gritar y a golpear el hielo con su piolet de forma errática. Mientras seguía gritando a los 3 escaladores, fijó su cuerda y comenzó a rapelar hasta la reunión. Como Ueli iba sin asegurar y no estaba atado a ninguna cuerda fue natural que se agarrara a la cuerda fija para soportar el impacto del escalador que rapelaba hacia él. Esto provocó que éste le acusara de “tocarle”. Mientras golpeaba el hielo con todas sus fuerzas y gritaba a Ueli Steck “por qué me tocas” le dijo que había tirado hielo y herido a un sherpa. Viendo que el trío estaba escalando una línea completamente diferente, y totalmente sobre nieve, es muy improbable que esto ocurriera.

Ueli Steck intentó calmar la situación ofreciéndose a colocar él la cuerda fija hasta el campo 3, pero esto sólo empeoró las cosas. Entonces llegó Simone Moro y el escalador que iba de primero se volvió empuñando el piolet contra él. Simone le insultó como reacción natural cuando uno se enfrenta a una agresión. No había palabras que calmaran al sherpa que iba de primero, y como desafío final ordenó al grupo de 17 sherpas abandonar la pared del Lhotse y descender al campo 2. No había ninguna razón para hacerlo debido a los 3 escaladores. No habían tocado ni interferido en el trabajo de los sherpas. Para ayudar a calmar las cosas, Ueli Steck fijó 260m de cuerda más, hasta el campo 3.

Para cuando los 3 alpinistas regresaron al campo 2, unos 100 sherpas les esperaban y les atacaron. Se volvieron inmediatamente agresivos, y no sólo les dieron puñetazos y patadas, sino que también les golpearon con piedras. Un pequeño grupo de occidentales se interpuso entre la muchedumbre fuera de control y los 3 escaladores, los cuales deben la vida a estas personas valientes y desprendidas. Sin embargo los 3 alpinistas fueron atacados, así como muchos de los occidentales que estaban tratando de calmar la situación. Se les dijo a los escaladores que por la noche uno de ellos estaría ya muerto, y que respecto a los otros dos, ya se vería después. Después de 50 minutos, la multitud se había calmado, y les dijeron a los escaladores que si no se habían ido en una hora, los matarían.

Estos recogieron lo esencial y descendieron dando un rodeo hasta el campo base del Everest por terreno muy agrietado, sin cuerda, sintiendo que dadas las circunstancias éste era el lugar más seguro en el que estar.

Los sherpas dijeron que la razón por la que atacaron a los 3 escaladores fue porque habían tirado hielo que había golpeado a un sherpa que estaba por debajo. Sin embargo, ningún sherpa ha afirmado haber resultado herido, ni ha mostrado heridas. Además de que resultar herido por hielo en una pared con numerosas caídas de hielo es algo que podría ocurrir de forma natural. Los alpinistas piensan que el sherpa que colocaba la cuerda fija estaba cansado y sintió que su orgullo había sido herido por los 3 escaladores, al ir sin cuerda y mucho más rápido que él. Sea por la razón que sea, no hay motivo para tratar de matar a 3 alpinistas visitantes.

Las autoridades nepalesas se han tomado muy en serio el suceso, ya que tienen expediciones comerciales en la montaña. Por el momento, los 3 sherpas líderes han sido llevados fuera de la montaña, y la Policía y el Ministerio de Turismo están investigando.

Los 3 alpinistas quieren agradecer enormemente a todos aquellos que salvaron sus vidas en el campo 2 y a aquellos que ahora se han hecho cargo de la investigación."



martes, 9 de abril de 2013

¿Quién me lleva a la montaña?


Las estadísticas oficiosas de los servicios de rescate en montaña de la Guardia Civil revelan que la gran mayoría de accidentes fatales suceden en lugares de escaso compromiso o dificultad técnica. Así, la muerte por hipotermia y fatiga extrema de la montañera vizcaína Iratxe Urrutia (39 años), el pasado 29 de marzo, en la ruta del Puerto del Péon (Sierra de Gredos, Ávila) debería haberse sumado sin demasiado ruido a los siniestros habituales.
Sin embargo, al final de una jornada de montaña organizada por el club Alpino de Bilbao, los servicios de rescate impidieron un drama mayor: Iratxe falleció poco después de ser rescatada, mientras que uno de sus compañeros entró en coma (se recupera) y un tercero fue evacuado con heridas leves. La novedad tiene relación con la figura del monitor del club de montaña vizcaíno, responsable de la actividad y ahora acusado por “denegación de auxilio y homicidio imprudente”.
Una de las razones de ser de los clubes de montaña es fomentar la práctica del montañismo. Muchos ofrecen un calendario de salidas y gestionan la logística de transportes y alojamientos. Uno o varios monitores del club dirigen la excursión. En muchos casos, carecen de formación técnica, o, como mucho, poseen una titulación de carácter federativo que les habilita para desempeñar funciones de un guía de montaña.

Muchos clubes ofrecen salidas dirigidas por personas sin la preparación necesaria
Los excursionistas delegan la toma de decisiones en el monitor o creen ver en la fuerza del grupo un salvoconducto de seguridad. No fue el caso en la ruta del Puerto del Peón. Según el relato de los integrantes de la excursión, el mal tiempo fue constante, a 2.000 metros y sobre nieve. El grupo desistió al afrontar un terreno nevado demasiado inclinado. A partir de ese momento, el grupo se disgregó durante el descenso, quedando rezagados la fallecida, acompañada por una chica, y aún por detrás, el excursionista que después entraría en coma, a su vez acompañado por un integrante de la salida. Fue un grupo de montañeros sevillanos el que alertó a los servicios de emergencia tras cruzarse con ellos.
La excursión del Club Alpino Bilbao contaba 18 integrantes, puesto que otros 13 habían decidido descansar. El monitor imputado asegura que el accidente no fue fruto de una “negligencia sino de la fatalidad”. El Guía de Alta Montaña Jonatan Larrañaga considera: “Sin querer juzgar a nadie, creo que el grupo cometió varios errores graves dentro de los códigos de seguridad: meteorología, exigencia de la ruta, valoración del nivel del grupo y ratios: en una travesía así funcionamos con un ratio 1-6 (por cada seis montañeros va un guía), tras hacer una selección de niveles. Además, portamos medios de auxilio: botiquín completo, mantas térmicas, y tenemos experiencia en primeros auxilios”. Un guía de alta montaña es una persona que gestiona el riesgo: “La muerte por agotamiento y frío extremo a 2.000 metros demuestra que los responsables del grupo no tenían ni idea de todo lo nombrado con anterioridad. Hay imprudencias graves al respecto”.
La profesión de guía es centenaria en Francia, Austria, Italia y Suiza. Y merece un enorme prestigio social: en Francia un guía observa el reconocimiento que aquí atribuimos a un cirujano. “En nuestro país tenemos que andar dando explicaciones. Es un problema de base, cultural. Mientras al otro lado de la frontera nuestros colegas se ganan la vida con una profesión arraigada, nosotros tenemos que mendigar para vivir dignamente de la montaña todo el año. Este accidente evidencia que hay cosas que se están haciendo mal por parte de la administración. Lo que no puede ser es que clubes de montaña y federaciones autonómicas estén ofertando actividades en las que guíen personas no cualificadas; esto en otros países es un delito”, puntualiza Larrañaga.
Se da una enorme paradoja en la concesión de títulos de monitor. La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) aboga por erradicar la figura del monitor, dejando en manos de guías titulados la labor de conducción. Sin embargo, las federaciones autonómicas tienen potestad para formar a sus monitores. Lluis Giner, director técnico de la FEDME, es tajante: “La FEDME defiende que la única formación de guías válida es la que existe y está integrada en el sistema educativo. La formación ha de ser máxima”.
Hoy, un guía de alta montaña estudia un mínimo de tres años antes de obtener la acreditación que le permita guiar, amén de superar unas pruebas de acceso y demostrar un currículo deportivo concreto. Existen federaciones autonómicas que trabajan con monitores que ni siquiera reciben un fin de semana de formación, monitores que ofrecen cursos de formación cobrando un precio inferior a la tarifa de un guía. La diferencia es demasiado grande y así lo ven ciertos clubes, que trasladan la gestión de sus salidas a guías titulados; otros siguen tirando de la figura del monitor. “En el fondo”, considera Giner, “existe una gran confusión”.
Muchos aficionados consideran tabú llevar un guía; otros opinan que es caro. En el grupo Alpino de Bilbao, tres guías hubiesen bastado para 18 montañeros, a 50 euros por cabeza.


Óscar Gogorza es periodista y guía de alta montaña.